La Basílica
La basílica se inscribe, arquitectónicamente, entre la
tradición gótica y la renacentista, que se empezaba a aplicar en Cataluña en el s.XVI. A causa de la
Guerra del Francés (1808-1814), la basílica resultó muy afectada, y hasta finales del s. XIX no pudo
ser reconstruida.
El Atrio
El atrio que da acceso a la iglesia es del siglo XVIII si bien fue reformado
hacia mediados del siglo XX; en él destacan una serie de esgrafíados y de
esculturas de santos o de reyes relacionados con Montserrat en su doble faceta
de monasterio benedictino y santuario mariano. Cabe destacar las imágenes de san
Juan Bautista y de san José, del escultor Josep Clarà. En este atrio está el
baptisterio, con una portada que representa catequísticamente la vida
sacramental de la Iglesia iniciada con el bautismo..
La nave basilical
La nave central -de 68'32 m de largo, 21'50 de ancho y 33,33 de alto-, a pesar
de la época en que fue contruida, está cubierta con arcos góticos muy
redondeados y bien apoyados sobre las paredes que separan las seis capillas
laterales. El conjunto constituye un edificiomuy singular entre lso monumentos
de Cataluña, de transición del gótico al renacimiento. El interior de la iglesia
fue restaurado después de la destrucción napoleónica con una decoración bastante
ecléctica. Entre 1992 y 1996 se han llevado a cabo una serie de obras en el
exterior para devolverle el arire renacentista original que había perdido a
causa de diversos añadidos y se ha realizado un trabajo de restauración en el
interior para que abandonara el tono sombrío que había adquirido con el paso de
los años y recuperara la entrada de luz mediante la reapertura de los ojos de
buey laterales y del cimborrio original. Todos estos trabajos han sido dirigidos
por el arquitecto Arcadi Pla.
El Camarín
La espaciosa escalera de mármol que lleva al camarín -situado en el fondo de la
iglesia- se abre con una portada, esculpida en alabastro por Enric Monjo, con
alegorías marianas y flanqueada por dos candelabros, también de alabastro,
esculpidos por Rafael Solanic. El interior de la escalera está decorado con
mosaicos de la bella ejecución, según diseño del P.Benet Martínez, monje de
Montserrat. Las dos antesalas del trono de la Santa Imagen tienen pinturas de
Josep Obiols. Dos pares de puertas de plata repujada dan paso a la pequeña
salita del trono -visible desde la nave central-, cuya cúpula y paredes éstas
decoradas con mosaicos dorados, según dibujo de Obiols, que representan la
proclamación de Nuestra Señora de Montserrat como patrona de Cataluña y otras
escenas marianas. Nueve lámparas trabajadas en plata, que representan las ocho
diócesis catalanas y la Comunidad de Montserrat rodean el camarín. Y unos
relieves de Joaquim Ros, que representan la Natividad y la Visitación de María,
se sitúan al lado del trono. Encima de la Imagen, hay una reproducción de la
corona, el cetro y el lirio que el pueblo catalán ofreció a la Virgen en 1881
(las piezas auténticas están en el Museo). La parte posterior de esta sala da al
Camarín circular, edificado entre 1876 y 1884 por Villar i Carmona, en un estilo
premodernista que utiliza elementos góticos y románicos; en la dirección de las
obras intervino en buena parte el famoso arquitecto Gaudí. La bóveda está
decorada con unos frescos de Joan Llimona, que representan a los peregrinos de
Montserrat acogidos por Santa María.
La salida del Camarín se hace por el Camino del Ave María, donde los
peregrinos depositan las lamparillas que ofrecen a la Virgen en acción de
gracias o como prolongación de la plegaria que han hecho en el Santuario.
La Sacristía Nueva
La Sacristia Nueva
fue construida por el arquitecto Francesc Folguera y consta de un vestíbulo, una
sala espaciosa con armarios y un pequeño ábside. En el vestíbulo, se hallan un
sarcófago y la estatua, un bronce de Joaquim Ros, del Venerable Fra Josep de san
Benet, un monje fallecido en 1723 con fama de santo. Toda la bóveda está
decorada, en un idealismo concreto, por Josep Obiols con alegorías bíblicas de
la Eucaristía y representaciones de Navidad, Pascua y Pentecostés. Los armarios
de caoba de los muros laterales tienen unos plafones de marquetería -diseñados
también por Josep Obiols- que representan santos y personajes vinculados a
Montserrat. Todo el conjunto es de una gran belleza y de formas muy
equilibradas.
La Cripta
Una pequeña escalera descendente, situada en la parte derecha del Prebisterio, al
lado de la del Camarín, lleva a la Cripta, sobria y armoniosa, inagurada en
1951. El espacio arquitectónico, en bóveda de cañón, fue construido como lugar
de sepultura del abad Antoni M. Marcet y de los monjes que dieron la vida por
Cristo en la guerra civil 1936-1939.
Los sepulcros están colocados en dos arcosolios abiertos en el muro; cada uno
tiene grabados en una lápida de mármol de Carrara, los datos de los restos que
contiene. Hay una lápida en la parte del fondo en conmemoración de los monjes
cuyos restos no pudieron ser recuperados. El cuerpo del Abad Marcet reposa en un
sarcófago, en el centro de la cámara, detrás del altar, esculpido por Joan
Rebull.
En las paredes laterales están también, con sus lápidas, los sepulcros del
cardenal Anselm M. Albareda, de los abades Gregori Sunyol, Aureli M. Escarrñe,
Gabriel M. Brasó y Pere Celestí Gusi todos ellos monjes de Montserrat, del P.
Bernanrdo López, que fue abad del Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat de
Manila y del obispo Antoni Urbss, de Letonia, junto con su secretario, que
murieron exiliados en el Monasterio.